Setup Menus in Admin Panel

Inicio Foros Foro Carácter Cristiano Caso cerrado (Justificación)

Caso cerrado (Justificación)

Back to course
Mostrando 0 respuestas a los debates
  • Autor
    Entradas
    • #2059

      Andrés Retamales
      Participante

      «… fui hecho justo sin merecerlo, toda mi culpa ya quitada fue» (Salvación – Piedras Vivas)

      La justificación es el milagroso acto donde había una causa imputada a mi nombre por mi pecado pasado, presente y futuro, pero ya no existe; la Ley Divina reclamaba condenación eterna de mi alma en el infierno, pero me voy al cielo; y no merezco, merecía, ni mereceré nada, pero lo tengo todo y gratis.

      1) En la justificación no hay causa (Romanos 8:33-34): Hay una causa, hechos, toda la prueba presentada en mi contra delante del Juez eterno ya no está. Satanás puede estar todos los días acusándome con verdaderos fundamentos delante de Dios (cf. Zac. 3, Job 1, Ap. 12:10).
      Sin embargo, es rechazada por «cosa juzgada» (un expediente con hechos controvertidos ya resuelto), porque Jesucristo es mi intercesor: Aquel que se ubicó en el medio de Dios y yo para satisfacer el pago del precio de todos mis pecados en la cruz del Calvario muriendo, resucitando y cada día en la Eternidad (es un decir, porque Eternidad es ausencia de tiempo) decidió tomar este oficio de abogado (1 Jn. 2:1).
      2) En la justificación no hay sentencia (Col. 3:13-14): Lo determinante en esta causa es que desde el principio de los tiempos existía una sentencia a mis pecados: «por tanto, lo sacó Jehová Dios del huerto de Edén, para que labrase la tierra de la que fue tomado» (Gn. 3:23). La sentencia por nuestro pecado: la muerte física, el dolor, cada consecuencia específica y el mismo infierno puede resumirse en una realidad: estar separado de Dios (Rom. 3:23). La resolución tiene una justificación lógica: Dios en su santidad no puede admitir pecado en su presencia, y nos ama, pero por nuestra condición no podemos estar con Él.
      Y fue Cristo quien tuvo que sufrir esa sentencia en nuestro lugar: el Eterno vino a morir, para darle vida eterna a los que estaban muertos. Antes de «clavar el acta de decretos que había contra nosotros», tuvo que soportarla por amor de nosotros: «Cristo nos redimió de la maldición de la ley hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)» (Gal 3:13), más aún «Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios (…)» (1 Pe. 3:18a). ¿No fue el mismo Jesús quien clamó desde la cruz: «Dios mio, Dios mio, ¿por qué me has desamparado», cuando en el Monte Calvario, Dios Padre apartó la vista de Su Hijo amado para mirar a sus enemigos?
      La sentencia por mi pecado existe y es real, pero Cristo la llevó en mi lugar.
      3) En la justificación no hay meritocracia (Heb. 1:1-3): Realmente no hice nada y no puedo hacer nada para merecer donde estoy, para ser rescatado de donde fui y tampoco nunca mereceré estar cerca de Dios, por eso se llama gracia. La justificación ni siquiera la buscamos hasta que Dios nos buscó.
      La historia de la Humanidad se resume en los intentos de un Dios amoroso buscando reestablecer de alguna manera la relación perdida en el jardín del Edén, hablando a través de patriarcas, profetas, pastores, reyes y por último, presentándose a Él mismo, Jesucristo. «Yo y el Padre, uno somos» (Jn. 10:30). Esa «supuesta blasfemia» manifestaba el acto más grande de gracia de Dios para el hombre: Dios en esencia e imagen viviendo entre los hombres «el cual, siendo en forma de Dios no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse» (Fil. 2:6), mostrando su carácter y favor, y finalmente haciendo lo que nadie podía hacer: justificarnos por medio de la fe a través de su muerte y resurrección. «Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios». No existe merito mío en la obra de Cristo.
      La justificación es vivir todos los días con el juicio más importante en nuestra contra ganado por nuestro abogado, vicario y amigo. ¿Cómo no amarle y no vivir para Él?

Mostrando 0 respuestas a los debates
  • Debes estar registrado para responder a este debate.
top
Capacitando a los Santos © 2021